Un nicho recién tapiado
y a la espera de ser estrenado de nuevo...
Y me gusta.
No sé si serán estas cosas una perversión mía.
Pero ese color blanco se me antoja el culmen de la pureza a la que puedo aspirar,
a la que llegué.
A la que perdí,
por imbécil.
A la que,
quién sabe,
vuelva a perder de rodillas.
Es lo que me parece,
un nicho recién tapiado
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