Atadito a mi cintura.
Seguro,
tranquilo,
suave.
Sólo he nacido para eso,
para tenerte atadito a mi cintura.
Agarrado a mis noches
pegadito a mi costado.
Sólo he nacido para eso,
para tenerte pegadito a mi costado.
Para sentirte respirar,
para oírte los sueños.
Esta noche sólo he nacido para eso,
para nada más.
Suena bien su copla, suena incluso pasional, suena rítmica y lo último suyo, lo de arriba, me parece desesperanzador, terrriblemente desesperanzador y desconcertante, tanto que duele.
ResponderEliminarUn beso, Señora.