martes, 9 de julio de 2013



Abortando nostalgias,
ganas,
revulsiones.

Me balanceo
mientras se empeñan en paseárseme los mismos hijos de puta de colores,
y las camas mágicas
que siguen sin existir.

Cómo me jode que me tatuaras esas palabras...

¿Dónde están los que no asustan?

Las Alicias envejecen,
también.

Y mientras,
mato mis noches lamiendo los ceniceros.

Sola,
sin tabaco,
sin colillas.

Sólo
con las ganas.



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