El caso es que es necesario el encierro para llorar,
el caso es que el estómago se cierra,
el caso es que a veces no hay donde encerrarse,
el caso es que a veces se claudica,
el caso es que un día le lloras a alguien,
el caso es que otro te rompes,
el caso es que el semáforo a veces pasa demasiado tiempo en rojo,
el caso es que duele eso del devenir diario,
el caso es que te barruntan,
el caso es que el discurso se vuelve balbuceante,
el caso es que no haces ni puto caso a nadie,
el caso es que vuelves a darte de hostias,
el caso es que retomas viejas costumbres,
el caso es que a ratos todo importa menos,
el caso es que te abonas al rincón,
el caso es que vuelves a pedir perdón por todo,
el caso es que prefieres estar callada,
el caso es que ahora te rompes,
el caso es que se llora bajito,
el caso es que duele,
el caso es que no quieres optar por soluciones,
el caso es que no tiene la culpa nadie,
el caso es que vuelves a mendigar,
el caso es que estas a punto de pedirlo,
el caso es que cuando lo hagas te estigmatizarás de nuevo,
el caso es que de nuevo la poesía se vuelve ácido sulfúrico,
el caso es que es complicado encontrar la droga perfecta,
el caso es que sabes que te vas a desplomar,
el caso es que por tiempos te da vergüenza acudir a tu sitio,
el caso es que no quieres opiniones,
el caso es que no quieres escuchar el dolor del otro,
el caso es que estás,
el caso es que eres egoísta,
el caso es que todo se puede estar acabando,
el caso es que no quiero dramas.
domingo, 20 de noviembre de 2011
¿Me salvas?
lunes, 14 de noviembre de 2011
El rojo da paso
a un encarnado desvaído.
El carmín
a las grietas.
Las caperuzas
a pasamontañas.
Los lobos siguen siendo lobos.
De la mano,
jirones insípidos.
Las caperucitas envejecen.
viernes, 11 de noviembre de 2011
Olía a orines,
a suciedad incrustada,
a crema de afeitar rancia,
a humedad,
a ropa amontonada,
a sudor,
a demasiada gente,
a ignorancia,
a resignación,
a crueldad aprendida,
a no quiero mirar,
a no veo,
a no sé,
a ahora le tocó a ella,
a falta de luz,
a callejón,
a espejo roto,
a peines infectados,
a pubertad sucia,
a niños olvidados,
a lunas que asustan,
a brochas desmochadas,
a alcohol,
a horrores heredades,
a maldades enseñadas y aprendidas,
a herencias tristes...
Me gustan las amapolas,
las margaritas blancas
y las amarillas.
Los lunares
y las cosas que brillan.
El tronco de los abedules,
las zarzamoras,
Frank Sinatra.
La fotografía en blanco y negro,
el cocido.
Llorar de alegría,
los calcetines de rayas
y los zapatos imposibles.
El color rosa
y Pennie´s from heaven de Sarah Vaughan.
Dormir con mi hijo,
tomar el fresco,
y echarme la siesta.
El ruido de la lluvia,
Caravana de mujeres,
estar descalza,
Los cuentos cortitos,
JULIO CORTÁZAR. “Amor 77” . Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son. Un tal Lucas, 1979
los vestidos cortitos.
Xavi,
regalar recortables
y el Cinexín.
El Cigala,
García Márquez,
Peter Greenaway
y R2D2.
Las bolas de navidad,
comer pipas hasta que me escuecen los labios
y Alfonsina Storni.
TU ME QUIERES BLANCA
Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada
Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
Los pollos
y los murciélagos.
El frío en la cara por las mañanas,
Concha Buika cantando "Mi niña Lola",
los cuentos,
la sopa
y el gore.
Los colorines,
las pinzas de la ropa.
El valle de la Pineta
y el mar de verdad.
J porque siempre me dice cosas agradables.
"Le deseo que su sábado sea para recorrer el mundo exterior, para sentir los colores, para celebrar que todo es dorado y que las piedras aguardan que sus manos la acaricien."
Las tildes.
Taconear,
los tacones que no me puedo poner porque no sé andar