Un día me tiraré a la calle,
me clavaré a Nymann en la nuca,
me beberé lo
suficiente de un trago,
mendigaré a cualquier desconocido,
me colgaré unos
lunares del hombro,
me prostituiré,
lo pagaré,
y luego vendré aquí llorando a
contarlo.
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