Me rompo en dos,
o en tres,
me rompo.
Rasgada de parte a parte,
sin ensuciar,
siempre en silencio,
siempre en blanco y negro.
Me rompo ahora en tres,
quizá llegué a cuatro.
Contar no sirve de nada
si no hay eco,
si no hay un final.
Lo de las ovejas es una estupidez.
o en tres,
me rompo.
Rasgada de parte a parte,
sin ensuciar,
siempre en silencio,
siempre en blanco y negro.
Me rompo ahora en tres,
quizá llegué a cuatro.
Contar no sirve de nada
si no hay eco,
si no hay un final.
Lo de las ovejas es una estupidez.
Ya sabes que me contundes con tus batallas, con los exabruptos catárticos que expeles, con la dureza de lo que creas.
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